LA PATRIA / ANTONI BORI FONTESTÀ
Tenemos todos, desde que nacemos,
Un pedacito de tierra en el mundo,
Que se nos graba en la memoria
Y se arraiga en nuestro corazón.
Allá nos ha mecido la madre
De pequeños en la cuna,
Durmiéndonos con abrazos,
Despertándonos con besos.
Allá hemos aprendido, al crecer
A pronunciar nuestras primeras palabras,
Ampliando nuestro pensamiento
A la luz de la razón.
Allá a nuestra familia
Hemos consagrado los recuerdos,
Aprendiendo de nuestros abuelos
Las tradiciones más bellas.
Allá hemos sentido los afectos
Que han levantado en nuestro corazón,
Un templo a la fe sagrada
Y un paraíso al amor.
Y creciendo y haciéndonos hombres,
Hemos honrado nuestro nombre
Con el trabajo y la ciencia,
Con la virtud y el honor.
Como no tenemos, pues, que quererlo
Este bello pedacito del mundo
Sin él tenemos grabados
Los más puros afectos;
El amor de todos los que viven,
El recuerdo de los que murieron
Son lenitivos que endulzan
Esta vida de dolores.
Y el campanario de la villa,
El antiguo reloj de sol,
La fosa, la cruz terminal,
Y el cielo y el llamado a la oración,
Todo alegra nuestra vista,
Y todo habla a nuestro corazón
Como un libro lleno de notas,
Como un jardín lleno de flores.
Flores tristes o flores alegres,
Según abran sus capullos
A ras del cementerio
O a la sombra de la cuna:
Y aquel bello rincón de tierra,
Este bello pedacito de mundo,
Donde hemos visto la luz del día
Y esperamos tranquilos la muerte,
Tiene un nombre tan puro, tan alegre,
Expresivo y afectuoso,
Que para sentirlo y comprenderlo
Es necesario decir PATRIA con la mano en el corazón.
(Traducción en castellano de Engracia Ferrer Roca)
Nota: La traducción en castellano, salvo algunas
excepciones, no rima como en el idioma catalán, incluso algunas palabras no
tienen traducción, por lo tanto hay que emplear las más apropiadas; en todo
caso es preferible que el poema no tenga una rima perfecta antes que adquirirla
cambiando frases completas, cosa que seria una falta de respeto hacia los
autores; debemos defender siempre el legado que nos dejaron nuestros grandes
poetas
Antoni Bori Fontestà: Nació en Badalona en 1862 y
falleció en 1912. Con sus poesías y
prosas colaboró en publicaciones tales como: La veu de Montserrat, La
Renaixenca, Cataluña Artística, etc. Algunas de sus composiciones fueron
premiadas en los Jocs Florals (juegos florales) de Barcelona y michas otras en
diversos certámenes literarios alrededor de Cataluña, entre las cuales hay que
resaltar Visiò poemática, L’ APLEC DE Sant Mateau y El Comte Arnau. Bori
Fontestà se distinguió también como pedagogo, ejerciendo el profesorado en
escuelas infantiles, siendo muy estimados los numerosos libros que publicó en
materia de enseñanza. Es autor del libro de poesías y prosas “El Trobador
Catalá”, además de los volúmenes de poesías “Boirina i Sol”, y una colección
propia de poesías premiadas. Las composiciones poéticas de Bori Fontestà, de su
contenido popular, de versión fácil, animada y viva, están llenas de
luminosidad y sana moral.
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